El
martes, en un paso de montaña, murió un amigo. Otros dos
murieron el jueves, en calles distintas de la misma ciudad donde
enmudezco y me oculto y escribo. En el agua salada del mar vi morir el viernes a un
cuarto amigo, y antes de llegar a él murió también el quinto: quemado
como un paria en la ácida envoltura de salitre.
El lunes,
todavía el lunes, tiraban fichas a la mesa y burlábamos la
muerte —de otros, dijimos, será de otros. Y como un
relato trucado, una más de sus muchas ficciones, escuché
la noticia imposible en un largo reportaje el miércoles: la muerte
brutal y simple del primero.
Ayer
sábado, sin que los médicos sepan todavía por qué, murió mi
sexto amigo, el más sabio y dispuesto, el más joven. No
necesito ninguna señal cuando el domingo termina para
entender quién está muriendo —protegido impunemente en esta casa de todos los
peligros. Y escribo mi partida en la más directa de las formas. El día que se va me lleva hacia la
Nada.
#EM #LaLibertadInfinita #Poesía
#Literatura #LeerEsCrecer #CubaEsCultura
No hay comentarios:
Publicar un comentario