Abro completamente desnudo la ventana
y miro: arriba las estrellas siguen
alumbrando
una fiesta de la que sólo escuché el rumor.
Músicas que no siempre fluyen para el hombre
en la noche irónica y danzante.
Músicas que crecen fuera sin la fantasía de mis dedos.
¡Qué largo es el silencio!
Contempló el cielo estrellado de la patria
y el destello fugaz de esos mundos que se muestran,
se pierden en lo oscuro, me dejan solo.
Músicas que van y vienen desde los clubes
distantes
y hacia el amanecer regresan calle abajo,
danzando libres y no iguales.
La felicidad adormece mi voz y luego se
aleja,
mientras abro completamente desnudo la
ventana
y miro.
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