I
Después
un amigo me envió unos textos de Borges.
Eran
peligrosas reproducciones en mimeógrafo,
encuadernadas con el escaso papel de bodega
que pudo pagar.
Sobre la
íntima pobreza que anunciaba el soporte
estaban
las palabras, la ruidosa inocencia
de un
gesto de juventud que descreía del
fracaso
y del éxito, de las escuelas literarias y de sus dogmas.
Eran apenas seis los textos escogidos
—una muestra ambiciosa y humilde, supe luego—,
entre los
mil y un poemas que Borges tradujo,
mirando
las antiguas estrellas desde estos barrios del Sur.
II
Cafés de
Palermo Viejo, calle Florida, certidumbre
y tiempo
deseable, ya eterno, de la
Recoleta.
Atestiguo
la belleza y las mejillas que el amor desea,
la
derrota, la falsía, el río de cielo que fundó la ciudad.
El primer puente de Constitución y a mis pies
el tedio
ruinoso que se ordena hacia los arrabales infinitos,
las Obras escogidas de Jorge Luis Borges:
Naipes,
bife, editoriales orientales y occidentales,
precios
de oferta, tapas plastificadas, papel bond.
Veredas
donde un cuerpo prefigura otro cuerpo,
una
inteligencia otra inteligencia,
una
sensibilidad otra que vuelve en mi memoria
circular.
III
Un idioma es una tradición, un modo de sentir
la realidad.
Mi lejano
amigo espera aún de mi poesía una magia
que nos
haga recordar los textos escogidos.
Tú buscas
en los numerosos stands
cuál
tipografía hará el milagro de
eternizar
una
circunstancia que sé azarosa y frágil.
En esos
movimientos de mi vida adivino los Límites
de El otro, el mismo; Lo perdido de El oro de los tigres.
Es Buenos
Aires, su fervor, y puedo definir la claridad:
las
palabras que intento para ti son también palabras
que en
otra latitud del círculo mi lejano amigo espera.
Confundo,
al evocar el gesto, su mano y la tuya,
su libro y el tuyo.
#EM #LaLibertadInfinita #Poesia #Cuba
Profundo y hermoso...Como siempre querido Edel...
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