lunes, 6 de julio de 2015

El equilibrista / Edel Morales

IX

(El equilibrista)

Homenaje a Eliseo Diego.
Para Jesús David Curbelo, en el Éxodo y Los parques.


1
La barba corta en la mano, acompaña.
En los dedos fluye el tiempo, y esos credos
que dejas en tu cubano decir. La útil voz de anciano
sostiene el glorioso acento. Suave el jadeo
en tu aliento de sagaz conversador.
Eres profundo hacedor de belleza y de sustento.


2

En esos extraños pueblos ungidos entre jazmines
blancos, soñaba arlequines, magos, elfos…
de otros pueblos apartados de mis pueblos llanos del centro.
Volver a un cielo que hace crecer su último rayo de luz,
abre en silencio la cruz de la iglesia, y hace ver.


3

El dilatado placer de mirar a una muchacha
(ordena ajíes, remolacha, pollo al jugo, arroz…)
Ser su amor. Para comprender el deseo de partir lejos,
a las ciudades de espejos múltiples que los viajeros
narran sin hastíos ni peros, entre obsequios y festejos.


4

Tú imaginas la memoria, el esplendor de estas islas,
un secreto que no aíslas de la prisa. Esa historia,
que es en otros desmemoria, ahuyenta en tu voz las sombras
de entre las cosas que nombras y ofreces: pan... luz... justicia…
Fiel, arrancas la codicia de tu cuello, y la escombras.

5

Nada tienen, nada quieren los que vuelven a tus calles:
de los Baños, que en detalles nimios conozco
y me hieren; la Calzada, que sugieren las cadenciosas hechuras
que distingo en mis lecturas diarias: vida hecha a servir,
poesía que vemos fluir en el ser de las culturas.


6

Estarse atento a la herencia que Dios dejó:
una norma elevada y humilde en forma y fondo.
Luz de la esencia. Tu pasión por la vivencia infinita
de aquel Hombre que a un Monte ascienda;
y alfombre la tristeza, la sencilla vida del Verbo:
arcilla que en su obra respira el Nombre.


7

Para escucharte mejor música del mundo
abro los ojos de tocarte abro las manos mías
al amor que en ti respira un clamor ofrendado
en esa piel lustrosa de espiga y miel hechizada que degusto
con la claridad y el gusto de un fino trazo a pincel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario