La hermosa memoria de un día en
el mar.
Figuras que sumerges
hacia un brazo de agua más
tranquilo y limpio,
más intenso que la imagen o la
palabra fuego,
tantas veces igualada por ti a la
idea de la libertad.
Es todo lo que puedes hacer.
Mira el dolor tatuado en la
ceniza, los escombros
de otras intensidades muertas por
la congelación o el límite.
Demasiado esperabas de la vida.
Todo lo que puedes hacer es un
lenguaje
iluminado por esencias
y por la belleza que ves en el
conocimiento de las cosas.
No mentir otros miedos.
No fingir que tu silencio olvide
la significación y el peso de
alguna antigua tradición.
Lo sabes, finalmente, demasiado
esperabas de la vida
y esto es todo lo que puedes
hacer:
escrituras visibles, de una
inocencia desnuda y hechizante.
Más perdurables e intensas que la
palabra fuego,
o tu idea, o cualquier imagen
que antes igualabas a la
libertad.
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