XXIII
(¿Conciencia
de madurez?)
1
Ya
no es eterno tu aliento.
Vas a entrar en los
cincuenta
y cada mañana cuenta.
Es
a ti mismo que miento
si no fundo un buen
cimiento
para vivir nuestras
vidas.
Define,
pues, las medidas exactas de tu estatura,
para
situarte a la altura que ves crecer y validas.
2
No
importarán las partidas que desangraron el alma.
No importará nuestra
calma.
No importará lo que
pidas.
Recuerda
tus embestidas en tiempos de juventud.
Encuentra
la exactitud que acompañó nuestros días.
Aquella
luz que pedías fijar en su latitud.
3
Ignora
la ingratitud humana que nos asedia.
Recobra
la enciclopedia humana de la virtud.
Observa
con amplitud
los mundos que te
rodean.
La
claridad que procrean y el miedo que los consume.
Desnuda
tu voz y asume las músicas que alborean.
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