XXVIII
(Gestos)
Para
Roberto Méndez,
aquellas
horas en Camagüey, tan jóvenes, y El
rostro.
1
Aún
no tiene ayer.
Es
tan reciente
esa
mirada
en las cosas.
Fulgura
bien.
Y
todo
se revela an-
te
ella con un ademán de asombro.
Mis
ojos,
puestos
sobre un mundo
de
supuestos hechos
consumados,
desde-
ñan
la inconexión.
Pero
desde sí
la
luz encuentra gestos.
2
Largas
cadenas de ADN se entrecruzan
en
un tiempo inmemorial.
Pasatiempo
marcado al fuego,
sostiene
el candor que sobreviene
en
las voces inexpertas
y
despeja las compuertas que atemperan
la
ruptura.
Mutaciones.
Abertura
útil en edades muertas.
3
Entre
las ramas
tupidas
del bosque,
ve
a la semilla.
No
te quedes
en
la orilla turbia
donde
el miedo anidas.
Cruza
el río,
las
avenidas ostentosas
de
esa Roma cruel y fecunda.
Ve
y toma la fuerza eneica
en
su origen. Ve hoy
que
es niña aún la virgen:
vientre
en que otra edad asoma.
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