XXXII
(Ciclos)
Por
E. Barreras, L. Sardiñas, E. Fajardín
y
Pablo Morales Vázquez, in
memoriam.
1
Surca
el verso territorios
que
vuelven hacia sí mismos
añadiendo
formal/ismos
en
sus modos transitorios.
¿Es
un juego de abalorios
o
es burbuja de sentidos?
Regresa
a tiempos vividos
y
a esos estados primarios
que
se explican necesarios
entre
los hombres curtidos.
2
Quien
aró una vez la tierra
para
sembrar en su entraña
gira
el verso y no se extraña
de
encontrar la misma sierra.
Sabe
bien que no lo encierra
el
paisaje o su labranza
(igual
es en la esperanza
pero
cada vez distinta)
como
es la letra a la tinta
o
el agua de su alabanza.
3
El
ciclo genera al poeta
desplazamientos
profundos
donde
avizora otros mundos
más
libres o sin receta.
Aquello
que algún esteta
supo
ver allá en las puntas
y
definir como yuntas
que
fecundan la poesía:
la
eternidad cada día
hace
al instante preguntas.
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